Tejidas por las más maestras manos artesanas, estas pulseras de cuero de cabra, teñidas en añil, son una belleza azul muy azul.
El proceso cuenta con varios pasos: para alistar el cuero del cabro se necesita destreza y experiencia. Debe quedar una pieza grande para poder aprovechar al máximo, y la piel debe quedar lo más limpia posible. Teñir en tintes naturales también es todo un proceso. El añil es una planta de la que se extrae el color índigo. Debe ser recogida en luna llena, y para extraer su azul se pone en tanques, con agua todo un día para que suelte y después se oxigena con lejía para que cambie el PH y quede el extracto azul. Es toda una labor de alquimia, que debe contar con cantidades y tiempos perfectos. (Todo este proceso se puede ver y conocer en el Hotel Alto del Viento en Barichara).
Después de que se tiñe el cuero con el añil, se preparan las hilachas largas para poder trenzarlas con delicadeza. Así, después de varios días de trabajo, se obtienen las pulseras de oro azul.